S O Y
Ante la fementida naturaleza
de mi proclive humanidad,
postro rodillas al Cristo
clamo anhelante su piedad.
Señor, ten piedad de mi,
soy humano, y… ¡no me ufano!
pues a cuestas llevo mi cruz,
ando tras la pista de tus huellas,
no queriendo llegar a segur.
Pongo ante ti, mi ignominia.
Pongo ante ti, Señor,… mi cruz.
Confiado me rindo ante ti.
Confiado en ti… ¡Misericordioso, Jesús!.
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