PLACIDEZ

Hondonada silente
en el centro del pecho.
Remanso sosegante
del que no quiero salir.
Quietud agasagante
deja atrás los pasados días
y augura refrescante
el nuevo vivir.

Insondable camino
de gracias inconmensurables
 cuantificaran mis días
en números de mil,
excelsas y exiguas,
todas serán las medidas
de la proporción en
que de corazón digas…
¡Jesús… yo confío en ti!

16 de septiembre del 2010 6:20 a.m.



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