El Misterio de La Novedad

Y … ¿Qué es Un Misterio? No es mas que la comprensión de la magnificencia de un hecho. No viene a ser un misterio aquello de ‘Bien es cierto que el lenguaje de la cruz resulta una locura para los que se pierden; pero para los que se salvan, para nosotros, es poder de Dios. Destruiré la sabiduría de los sabios y haré fracasar la pericia de los instruidos. Sabios, entendidos, teóricos de este mundo: ¡cómo quedan puestos! ¿Y la sabiduría de este mundo? Dios la dejó como loca[1]’. “El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga. Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, y el que sacrifique su vida (por mí y) por el Evangelio, la salvará[2]?.

Pues si, igualmente sucede con el Misterio de la Resurrección al tercer día, según las Escrituras o la Resurrección de los muertos.

Una sombría noche, considerada o vista, como aquel plazo de la vida, donde el dolor, el miedo, la tristeza ha signado tu-la vida. Aquellas cadenas impuestas por los preceptos legalistas de una sociedad yerta, plagada de la sabiduría del mundo y queriendo imponer su poder asfixiante como única verdad sobre la beldad del poder divino.

Viene a ser sustituida por un cotidiano despertar, resucitar o renacer; por demás, normal y rutinario, salvo por la condición de que ese día Jesús te dijo ‘Levantate y anda; y no peque más’ aunado al hecho de que ahora tomada de la mano con Jesús yo voy, le sigo cual oveja que encontró al Pastor. Tomada de la mano con Jesús yo voy a donde el va.

Y, sucede igual cuando sales a la calle, muy tempranito y te encuentras con aquel rostro que te recibe con una sonrisa invitante a permanecer en El y por añadidura, te regala la tibieza de un abrazo, y hasta un beso. Compartir el café de las mañanas, entre risas y las jocosidades de Carlitos, quien libra su propia resurrección ante la timidez y el mundo que se le presente fresco y sereno, ya no frío y escarpado.

Uy… pero llega el transporte y … asciendo…, paso a este lugar de sosiego y reposo, donde puedo contemplar el rostro del Señor, donde puedo nutrirme con la Palabra, donde puedo encontrarme dejarme conducir por Maria o donde simple y llanamente puedo descansar. También asciendo, mientras me encuentro en el lugar de trabajo y durante mi jornada acerco al Hijo Prodigo al encuentro de los amantes brazos del Padre. Esto para abordar el hecho de que en cada abrazo, en cada beso de los hijos, las madres, los compañeros de camino y los multiformes rostros del Cristo Sufriente que me encuentro en mi camino, encuentro yo… El maravilloso Misterio de la Ascensión de nuestro Señor.

La animosa tertulia de los hijos dejándose acompañar, guiar y conducir en el desarrollo de una actividad, me muestra el Misterio de la Venida del Espíritu Santo. Sin desmerecer el maravilloso encuentro, al salir de tu desierto, de tu sepulcro… De quien viene a restablecer tu paz, de quien te devuelve la dignidad y llena tu vida de tranquilidad, sin invasiones, sin presiones. Llega, entra, te da vida y te da opciones para seguir… La decisión es tuya, te subes o sigues el camino a pie.

Las albas blusas de aquellos rostros amables y su espontanea y sincera sonrisa, al solo verte venir, es una excelsa manera de desentrañar el Misterio de la Asunción de María, sus níveas camisas me transportan a ese cielo de cariño, quietud y mansedumbre que han acumulado a sus años. Dándole reposo a los aventajados y ardorosos pasos de aquel quien se perdía en cruenta carrera. Vuelvo a saborear, lo bueno y sosegante del cielo, al llegar a ese lugar donde estas tu… Tu mi CRISTO VIVIENTE… Ese Cristo que me amo primero, sin menoscabo del fangonal que me cubría… Tu que me amas desde antes… Tu que me llevas a la Gloria.

La simple conversación entre dos amigos, donde prevalece el resaltar las cualidades del otro. El sólo escuchar lo bueno que hay y que tiene el otro, es la sencilla forma de conocer el Misterio de la Coronación de María. Quien no se siente excelentemente bien cuando oye cosas buena de su ser querido… Eso es una coronación.

Pero no hay coronación mayor, que la del sublime encuentro de dos seres que se aman, que desean pasar sus vidas juntos … Ese beso enamorado y ardiente, tan altamente anhelado que al fin sacia tus ansias. Allí, en perfecta armonía. Solos Tu-Yo, amándonos. Haciéndonos uno. Nuestros cuerpos se funden en uno solo. El contacto de tu carne con la mía. La unión de tu sangre y la mía. La arrebatadora caricia mientras recorres y llenas mi ser…  Me plenificas… Todo aquello que antes oprimía, parece pero YA no es… Todos aquellos que murmuran solo ven con los ojos de la carne y están vendados a la locura del amor… El maravilloso lenguaje de la CRUZ. Esa misma vara con que antes te midieron… con esa misma vara… El Señor te redimió… esta es la más sublime y excelsa coronación… ‘Rey mío, tu Reina soy’.

DEMOS JUNTOS EL SIGUIENTE PASO…

Tomada de la mano con Jesús yo voy

Le sigo cual oveja que encontró al PASTOR

Tomada de la mano con Jesús y voy a donde El va.






[1] 1Co 1, 18-19
[2] Mc 8, 34.35

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