INTIMIDAD
Escandaloso silencio
que mi alma perturbas.
Retumban incesantes
tus ecos como en tumbas.
Apacientas mi corazón,
donde como aguas turbias;
se revuelcan apremiantes
emociones muchas.
Resuelves los acertijos
que al igual
armadillos
entre pesares y gritillos,
imponemos a la razón.
Orientas el laberintillo
donde el impetuoso desatino
me condujo sin precaución.
Devuelves a mi horizonte el brillo
cuyo mustio
y flagrante olvido
por obrar errado marchitó.
Eres efluvio sosegante,
en cuyas aguas refrescantes,
se aprecia fulgurante,
al nuevo caminante …
que de allí resurgió.
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