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Mostrando entradas de febrero, 2011

Y... algo mas (3era. Parte)

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En Eclo 5, 1-10 encontramos un llamado a deponer conductas que atentan con la misión emprendida; donde se pone de manifiesto la prepotencia de la cual somos víctimas al sobrepujar o rebasar la misericordia divina acumulando pecados sobre pecados, plenamente confiados del inconmensurable amor que el Padre celestial nos profesa. Se hace menester, el retomar el sendero transitado de la mano del Señor. Enderezar el camino. Limpiar el espíritu y, optar con verdadero espíritu contrito, por la reconciliación eterna. Es necesario un cambio de conducta, la purificación de los pensamientos y sentimientos. Así como amar al prójimo como Dios nos ama, sin diferenciaciones ni mezquindades (Mc 9, 41.50). Quien vive confiado en el Señor y se fía de los preceptos divinos, el buen obrar le augura (Sal 1). Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu espíritu para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo. Amen M I S I ...

Y... algo mas (2da parte)

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      La lectura del Eclo 4, 12-22 encierra un llamado a retomar la búsqueda de la sabiduría, como en otrora se venía realizando. Es un llamado a sacudir la invitante pereza o apatía que actualmente nos atrapa.      Esta exhortación lleva intrínseca la búsqueda de la santidad y la comunicación continua con Dios.      Augura la toma de decisiones que marcaran de forma trascendental el transcurrir de nuestros años venideros al servicio de la Construcción del reino.      La Construcción de un reino, donde todos cabemos, si trabajamos en consonancia, pese a pertenecer a diferentes bandos u opinar de manera diferente.      Un trabajo mancomunado, libre de estigmas clasificatorios o piramidales que marquen separaciones entre las ovejas del rebaño, pues quienes aman las leyes de Dios, de inmensa paz disfrutaran, Sal 119(118). Yo soy el camino, la verdad y la vida;  nadie va al Pad...

Y... algo mas (1era. Parte)

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      En la vida del ser humano suceden, a lo corto y/o largo de su existencia, un sin fin de situaciones... algunas agradables, otras no tanto y unas, en definitiva, totalmente desagradables.      En fin, situaciones éstas, a las que no le hallamos, ni pies ni cabeza, al encontrarnos inmersos en la vorágine de nuestra cotidianidad... la cual nos conduce como una hoja seca... ¡a dónde mejor le parezca...!      Desentrañar el propósito o misión que estas experiencias significan en nuestra vida, sólo es comprensible cuando encendemos la Luz, cuando nos permitimos escuchar a la Voz de nuestra conciencia; cuando acallamos y frenamos, bajo la gracia divina todos esos afectos y emociones desordenadas con el santo temor y divino amor.      Alcanzar la madurez espiritual resulta ser una especie de montaña rusa... donde en un momento nos ubicamos en la cresta (cúspide o cima) y al otro estamos en el foso (fondo u...